Cuando con los compañeros salímos del colegio: solíamos caminar en la noche despejada; y a veces lloviznaba, eran Luís, josé, pablo y yo; comprabamos nuestro pisco -el único - y paseábamos por la ciudad; a veces nos íbamos a Miraflores, el distrito más hermoso de Lima
e ingrezábamos; luego de irnos de Miraflores: caminábamos hasta los cines del distrito de Barranco,barrio de poetas como Martín Adán y José María Eguren, para ver un cine que no se encontraba en las carteleras del momento, sino era un cine de culto, para conocedores del buen cine.
Los cuatro amigos habíamos ingresado a la primera Universidad de América, la prestiosa Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Nuestra Alma Mater nos enseñó a pensar tanto como piensa un profesor o más todavía;
pasamos mucho tiempo en la biblioteca de la Universidad y en la Biblioteca Nacional, es decir, prácticamente vivíamos en la Ciudad Universitaria todo el día; y salíamos a las nueve de la noche a nuestras casas.
Fue una época maravillosa a pesar de la violencia que se vivía; los sanmarquinos gozabamos de inmunidad de ser tocados por los alumnos rebeldes.
En san Marcos conocí a una joven de cierta edad que era virgen todavía y deseaba que yo la desflorara, pero me decía para mí:
._"Cuando se case, su esposo tiene que tener ese honor".
Así que hicimos un pacto que solamente todo lo que ella quisiera sería por atrás y así fue gozamos más de cuatro años por toda la Ciudad Unibversitaria, Ascensores de la Ciudad y en lo Alto de los edificios.
Recién se hacían hostales en Lima, pero si ingresamos a algunos y gozabamos a más no poder.
Era sexo sólo sexo y más sexo; nunca sentí nada por esa mujer ni ella por mí.
Ahora siento cierta nostálgia por su familia, sus hermanos, y claro, por ella.
P.DS: Soy consciente de que empleo muchos ismos.
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